Situado en la diócesis de Séez (Orne), en el corazón del parque natural de Perche y a 150 km de París, el Santuario de Nuestra Señora de Montligeon, es el Centro Mundial de Oración por los Difuntos. Cada año, miles de peregrinos vienen en busca de consuelo y esperanza y confían sus difuntos a Nuestra Señora Libertadora.
Nuestra Señora de Montligeon es un Santuario, es decir, un lugar de peregrinaje. Creado a finales del siglo XIX por iniciativa de un sacerdote rural, el Padre Paul-Joseph Buguet, quien acogía a numerosos peregrinos durante todo el año.
Una obra de oración por los difuntos y de acompañamiento de los dolientes
El Santuario de Montligeon es un lugar de oración para los difuntos. Peregrinan personas de todo el mundo para confiar a sus muertos y a las almas del purgatorio a Nuestra Señora Libertadora. El origen de esta Obra fue simplemente la intuición espiritual del Padre Buguet. A partir de entonces, se desarrolla un ministerio de oración por los difuntos, así como de compasión, de escucha y de consuelo para todos los afectados por el duelo.
Un trabajo de reflexión y apoyo al trabajo humano
La Obra fundada por el Padre Buguet es también una obra social. Enraizado en la doctrina social de la Iglesia, el Santuario de Montligeon busca promover concretamente un enfoque humano y cristiano del trabajo y las realidades profesionales.
Una obra internacional
El Santuario no se limita a Montligeon. En Francia y en muchos países del mundo, en Europa pero también en África, Asia y América, los grupos de oración vinculados al Santuario se reúnen para rezar por los difuntos en el espíritu de Montligeon.
Una obra abierta a todos
El Santuario está abierto a todos: cristianos convencidos o personas en búsqueda; jóvenes o ancianos; solteros o casados; y grupos ya formados en la oración. Los peregrinos pueden alojarse y alimentarse en el albergue, abierto todos los días del año.
Una obra de la Iglesia
El Santuario de Montligeon es un santuario de la Iglesia Católica. Su animación espiritual fue confiada por el Obispo de Séez a los sacerdotes de la Comunidad de Saint-Martin, con la ayuda de una comunidad de hermanas: las Hermanas de la Nueva Alianza.