La muerte de un ser querido siempre es dolorosa. En nuestras sociedades, sobre informadas en muchas áreas, a menudo se evita la cuestión de la muerte y el más allá. La misión del Santuario de Montligeon es anunciar a todos la fe cristiana en la vida eterna y ayudar a todos a abrirse a la esperanza cristiana. En Montligeon, esta esperanza se basa especialmente en la oración por las almas del purgatorio.
¡La vida no termina con la muerte!
Cristo murió y resucitó para que, siguiendo sus pasos, pasemos de la muerte a la vida. Tal es el corazón de la fe cristiana, tal es también el corazón del mensaje de Montligeon. La celebración de la Misa es por excelencia el lugar donde proclamamos nuestra fe en el poder de la Resurrección y en donde ya vivimos esta nueva vida que Cristo vino a regalarnos.
¡Esperamos algún día encontrar a aquellos que amamos!
La muerte es separación. Los vínculos parecen estar rotos para siempre. Pero, en la fe, entramos en una nueva relación con nuestros muertos: una profunda comunión espiritual guiada por nuestra oración y la esperanza de encontrarnos algún día. En Montligeon,tenemos un enfoque concreto para ofrecer un agradecimiento o pedir un perdón a una persona fallecida, expresando nuestra fe en el poder de la Comunión de los Santos.
A través de la oración estamos unidos con nuestros difuntos
En Montligeon, rezamos por los difuntos, por las almas del purgatorio, para que en ellos se complete la obra del amor que purifica. También sabemos que nos acompañan y ayudan todos los que ya están con Dios: los santos, que interceden por nosotros. Al inscribir a una persona fallecida en la Fraternidad Nuestra Señora de Montligeon, sabemos que la oración del Santuario lo acompañará particularmente: ¡es un acto concreto de caridad el que estamos realizando!.